Tal y como explica su preámbulo, la Carta catalana de derechos y deberes de las personas en relación con la salud y la atención sanitaria se constituye como un contrato social entre las personas y el sistema, que configura un marco de relación en el que se define qué esperamos las personas del sistema sanitario (derechos) y cómo éstas se comprometen como agentes activos y centrales del mismo (deberes).
El compromiso de todos los agentes (ciudadanía, profesionales, entidades proveedoras, administración, etc.) es una de las claves para consolidar las políticas de salud.
En este contexto, el Consorci Sanitari de Terrassa se posiciona, en consonancia con una de las líneas de su plan estratégico, a favor de una humanización transversal, donde la Unidad de Atención al Ciudadano es una figura clave que hace de intermediaria entre pacientes y profesionales sanitarios.
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