El 19 de octubre es el Día Mundial contra el Cáncer de Mama. El objetivo de esta celebración es concienciar a la población de la importancia del diagnóstico precoz del cáncer de mama para ganar la lucha contra esta enfermedad, que se convierte en el tumor más frecuente en mujeres en todo el mundo.
La Unidad de Patología Mamaria del Consorcio Sanitario de Terrassa, ha preparado este redactado sobre la maternidad después de un cáncer de mama.
El cáncer de mama es una enfermedad que afecta a una de cada ocho mujeres. Gracias a los avances en su abordaje y distintos tratamientos, hoy en día ocho de cada diez mujeres superan la enfermedad a los cinco años del diagnóstico.
Sin embargo la incidencia de este tipo de tumor a nivel mundial va en aumento y aunque, en mujeres jóvenes menores de 45 años no es frecuente, sí que se ha observado un aumento progresivo de su incidencia (situándose al alrededor del 15% de mujeres con cáncer de mama). Esto supone la existencia cada vez mayor de mujeres sin un deseo genésico completo (deseo de ser madre) en el momento del diagnóstico de la enfermedad.
Actualmente, las distintas guías europeas y americanas están de acuerdo en recomendar la preservación de la fertilidad en estas mujeres. Esto supone disponer de un equipo de oncología sensibilizado con el deseo de estas mujeres y un circuito de asistencia rápido, con una derivación precoz a una unidad de fertilidad.
A día de hoy se sabe que una gestación después del cáncer de mama no empeora el pronóstico ni aumenta el riesgo de recaída, por lo que es segura en las mujeres que así lo deseen.
Aunque cada caso debe individualizarse y valorarse en función del tipo de tumor y riesgo de recaída, en líneas generales se recomienda:
La quimioterapia utilizada en el tratamiento del cáncer de mama tiene un efecto tóxico sobre los ovarios, disminuyendo el recuento folicular y avanzando diez años la edad reproductiva. El daño sobre el ovario no afectará igual a todas las mujeres afectas de cáncer de mama: el riesgo de amenorrea y menopausia 2º en la quimioterapia está relacionado con el tipo de fármacos pero, sobre todo, con la edad.
La función ovárica se podrá recuperar con mayor probabilidad cuanto más joven sea la mujer, y el número de folículos que se encuentren en el ovario en el momento de iniciar el tratamiento. Los folículos de mujeres jóvenes son más resistentes al tratamiento, y el fallo ovárico es reversible a los 6-12 meses.
Por otra parte, como parte de la prevención de recaídas, quizás interese bloquear de base la función hormonal de la mujer, así la hormonoterapia empleada puede obligar a retrasar aún más esta maternidad.
Actualmente, menos del 10% de las supervivientes de cáncer de mama quedan embarazadas, y pocas se someten a una preservación de fertilidad (12%).
Es importante hablar en consulta sobre la posibilidad de la maternidad futura e informar sobre la seguridad de las técnicas de preservación de fertilidad.
Realizar una técnica de reproducción asistida para preservar la fertilidad (criopervar ovocitos/embriones) no retrasa el inicio del tratamiento, ni confiere un peor pronóstico sobre la enfermedad. Son técnicas seguras en mujeres con cáncer de mama, puesto que no incrementa el riesgo de recaída ni impacta en la supervivencia global en los 5 años siguientes al diagnóstico de la enfermedad.
Así pues, la maternidad en supervivientes de cáncer de mama es posible, no disminuye la supervivencia global ni la supervivencia libre de enfermedad. Según el estudio Azim 2013 el embarazo después del cáncer de mama no está contraindicado e incluso aumenta la supervivencia.
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