El objetivo principal de la jornada era realizar una actualización de conocimientos, no sólo sobre algunos de los principales trastornos ginecológicos frecuentes en el adolescente, sino también para entender el contexto biopsicosocial y así mejorar la comunicación, la relación profesional-paciente y, también , la asistencia clínica.
La mesa inaugural corrió a cargo de Antònia Villalba, directora del Ámbito Materno-Infantil y directora de Enfermería del CST; Àngels Vives, jefe del Servicio de Obstetricia y Ginecología del CST y Laia Sánchez Paniagua, médica adjunta del Servicio de Obstetricia y Ginecología, responsable de la Consulta de Ginecología Infanto-Juvenil del CST y directora de la jornada.
Antonia Villalba afirmó que «el éxito de convocatoria de la jornada evidencia el interés por temas tan transversales y variados» en torno a la ginecología en la adolescencia. «Tenemos por delante una jornada con un programa muy extenso, que da una mirada amplia a problemas de salud de siempre pero también incorpora temas muy novedosos y que son importantes para la población, que cada vez está más informada, que cada vez quiere saber más. Nosotros debemos adaptarnos y variar nuestra forma de ver y de hacer las cosas», explicó.
Àngels Vives, por su parte, quiso remarcar que la adolescencia es una etapa de transición a la vida adulta «pero tiene una especial relevancia en el ámbito de la ginecología. No sólo por los cambios puberales sino porque también muchas adolescentes iniciarán su vida sexual durante este período, crearán nuevos vínculos y también definirán en buena medida la relación con el propio cuerpo. Algunas patologías ya aparecerán en esta etapa y, por este motivo, muchas adolescentes estará en la consulta de ginecología donde realizarán la primera interacción con el sistema sanitario. Esta primera experiencia será trascendente de cara a su futura relación con el sistema sanitario y con la salud sexual y reproductiva.»
Vives acabó su intervención explicando que la Consulta de Ginecología Infanto-Juvenil lleva cuatro años en funcionamiento, de la mano de Laia Sánchez y Anna Vila, un entorno especial donde trabajar con las adolescentes «con una perspectiva mucho más adaptada a la su realidad, con unas ginecólogas especializadas, preparadas y sensibilizadas con esta población.»
Laia Sánchez cerró la mesa inaugural exponiendo que la jornada del pasado año, que tuvo también un gran éxito de participación, se centró en temas más teóricos y propiamente ginecológicos. «Este año hemos intentado reflejar la realidad que tenemos en la consulta, cómo es nuestro día a día con el adolescente y nuestra comunicación con ella y las limitaciones con las que nos encontramos. Muchas veces nos consultan por dolor menstrual pero lo que acabamos abordando son temas de salud digestiva y salud mental», concluyó.
La jornada trató diversos temas en torno a la ginecología en la adolescencia, desde un abordaje integrativo y multidiscipinar, tratando ámbitos más allá de la ginecología, como la salud mental y digestiva en relación a la salud ginecológica, la endometriosis en la adolescencia, la salud genital, la importancia de la salud sexoafectiva de calidad, o la realidad del adolescente trans en la consulta ginecológica, entre otros
Entre los ponentes que pasaron por las diferentes tablas destacan Carme Valls, endocrinóloga especialista en Medicina de Género y directora del programa ‘Mujer, Salud y Calidad de Vida’; Elena Crespi, psicóloga, sexóloga y escritora; Yolanda Morant, psiquiatra perinatal, sexóloga y terapeuta de pareja o Maria Punti, dietista integrativa, experta en microbiota y salud digestiva.
Las conclusiones y la clausura corrieron a cargo de Alba Perdiguer, residente de segundo año del Servicio de Obstetricia y Ginecología del CST y Anna Vila y Laia Sánchez, médicas adjuntas del Servicio de Obstetricia y Ginecología, responsables de la consulta infanto- juvenil del CST y directoras de la jornada.
Perdiguer hizo un repaso de los grandes temas abordados durante la jornada e incidió en que «invertir en adolescentes tiene un amplio beneficio para los propios adolescentes cuando reciben esta atención porque se convertirán en adultos más sanos y que, al mismo tiempo, criarán a bebés más sanos.»
También prestó especial atención a que «la ciencia discrimina a las mujeres. Y a las adolescentes las discrimina doblemente. Sólo entre un 20% y un 30% de la población de los estudios científicos son mujeres. La mayoría de teoría que tenemos se ha hecho sobre el cuerpo del hombre, y en los fármacos ocurre lo mismo. En cuanto a los niños, aún es peor. El 70% de los fármacos que usamos habitualmente en niños no se ha probado en esta población.»
Perdiguer cerró su intervención remarcando uno de los objetivos de esta jornada, que era «equilibrar la balanza, conocer que tenemos sesgos y que si los conocemos podemos limitarlos. También potenciar la escucha activa, acompañar a los adolescentes para que nos expresen sus inquietudes y buscar soluciones compartidas.»
La jornada, que llenó hasta los topes la sala Joan Costa Roma del Hospital de Terrassa, estaba organizada por el Servicio de Obstetricia y Ginecología del CST y avalada por la Sociedad Catalana de Obstetricia y Ginecología.
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