La donación de órganos y tejidos es un acto voluntario, altruista, solidario, generoso, confidencial, gratuito y sin ánimo de lucro, en el que una persona decide que una vez muera extraigan uno o varios órganos de su cuerpo para darlos a personas enfermas que se encuentran en listas de espera para recibir un trasplante. Hacerse donante es tan sencillo como tomar la decisión de serlo y compartirlo con la familia y las personas más cercanas.
Hemos hablado con la Dra. Maite Jurado, coordinadora de Trasplantes CST y Médico adjunta UCI del CST.
Jurado explica que «de forma general todos podemos ser donantes potenciales si ésta es nuestra voluntad. Lo importante es expresar, de forma oral o escrita, a nuestros familiares este deseo asumiendo que la edad no supone una limitación. Aunque existen ciertas condiciones que pueden contraindicar la donación de algún órgano y/o tejido cada caso se valora individualmente, buscando siempre cumplir con la determinación del donante.»
A la pregunta de si todo el mundo puede ser receptor y qué criterios deben cumplirse, la médica manifiesta que «nuestra legislación y nuestra ética médica asegura la igualdad de oportunidades en cuanto a la posibilidad de recibir cualquier tratamiento, y el trasplante de Órganos y Tejidos se considera un tratamiento médico. Dado que la disponibilidad actual, sobre todo de ciertos órganos, todavía no llega a cubrir todas las necesidades de nuestra sociedad se establecen unos criterios de prioridades en función del estado de gravedad del receptor y por compatibilidad donante-receptor. En Cataluña la OCATT (Organización Catalana de Trasplantes) es el organismo encargado de que estos criterios se cumplan, con el objetivo de conseguir el máximo número de logros posibles en el trasplante y con la máxima equidad.
¿Se pueden dar todos los órganos? Jurado asegura que sí, «hoy en día podemos decir que todos. Riñón, pulmón, hígado y corazón son los que más se dan y se trasplantan con éxito. Pero también se están realizando trasplantes de páncreas, intestino y útero con resultados alentadores. No debemos olvidar, en cuanto a los tejidos, que no sólo se trasplantan córneas sino que piel, huesos, músculo y tendones, válvulas cardíacas son también tejidos que se dan y se trasplantan y que son absolutamente necesarias en tratamientos médicos cotidianos (tratamiento de quemados, cirugía traumatológica, implantes odontológicos, cirugías cardíacas en adultos e infantil, etc)».
En cuanto al procedimiento para dar órganos, Jurado manifiesta que “lo importante es que nuestros familiares estén informados de nuestra voluntad. Ésta se puede expresar oficialmente en el documento de Voluntades Anticipadas (Atención Primaria) a través de nuestro equipo médico de Atención o directamente obteniendo el carné de Donante a través de la OCATT aquí. De todas formas en cualquier momento del contacto con el sistema sanitario se puede expresar este deseo, quedando registrado en el historial médico. Por supuesto esta decisión nunca será irrevocable, por lo que si nuestros valores vitales cambian, se seguirán respetando los deseos expresados.»
La mayoría de donaciones provienen de donantes muertos pero «en la donación de riñones e hígado, en casos muy concretos y muy estudiados y controlados, puede realizarse la donación en vivo. Esto ocurre sólo en la donación de órganos en los que la pérdida de ese órgano, total o parcial, no suponga riesgo para la vida del donante o poner en riesgo la función del resto. Esto sería el caso de los riñones, ya que tenemos dos, o el caso del hígado, del que se puede extirpar una parte. En todos los casos siempre se descarta que existan motivaciones económicas para la donación, asegurando que se trate de un hecho altruista sin ningún objetivo más que la curación del receptor.»
¿En qué circunstancias debe producirse la muerte para poder dar órganos y tejidos? «Para poder ser donante de órganos el fin de vida debe pasar en un entorno controlado que asegure el correcto mantenimiento de la función de los órganos a trasplantar cuando el paciente muere. Por eso normalmente deberá estar ingresado en una unidad de Cuidados Intensivos o similar, donde se pueda realizar este control. En cambio, para poder ser donante de tejidos no se requiere ningún cuidado diferente en los últimos momentos pudiendo pasar el óbito al entorno habitual.»
A la pregunta de si un trasplantado puede ser donante de órganos, la Dra. Jurado asegura que «sí, por supuesto. De hecho, haber recibido un órgano que nos ha salvado la vida nos sensibiliza sobre este acto y suele predisponer a querer dar a otros la oportunidad que nos dieron a nosotros.»
También hemos querido saber el punto de vista de un paciente trasplantado de 63 años, Joaquin Beltran .
«El mío fue un trasplante de riñón en el Hospital del Mar después de dos años de diálisis peritoneal. El próximo mes cumplirá seis años. La experiencia fue muy positiva. Me di cuenta de que lo que para mí era un tema muy complejo, actualmente los hospitales y doctores hacen que sea un proceso muy sencillo», asegura.
También confiesa que nunca antes de la operación había pensado en que la vida le llevaría a tener que trasplantarse. A pesar de la experiencia, Joaquín explica que «la vida después de un trasplante es normal. No he perdido ninguna de mis funcionalidades anteriores al trasplante. Estás muy controlado por los médicos para poder actuar en caso de alguna alteración.»
Le preguntamos cómo le ha cambiado la vida, y responde risueño que el gran cambio radica en el número de pastillas que toma. Pero que, por lo demás, ha aprendido a valorar «mucho más la vida y pienso en el presente. El pasado está y el futuro… mejor pensar en el hoy. En mi caso la enfermedad vino de repente. Nunca sabes lo que pasará mañana.»
Y quiere transmitir a quienes se están planteando al hacerse donantes que «piensen en la belleza de salvar vidas.»
Desde siempre ha creído en la necesidad de ser donante para ayudar a los demás. «Por eso desde que me llegó, hace 35 años, un formulario de la Asociación de donantes, no dudé en cumplimentarlo y hacer constar mi voluntad. En el carné de donante figura mi aceptación a la donación de los órganos vitales, córneas, pulmón, corazón, riñón, etc. Mi familia es totalmente consciente de mi voluntad. Mira cómo es la vida. Un día decido ser donante, y recibo en el transcurso de mi vida la donación de un riñón por parte de un donante muerto. Me salva la vida.»
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