Día Europeo de la Prevención del Cáncer de Piel

En los últimos 20 años, la cantidad de tumores malignos de piel detectados en las consultas, se han incrementado más de un 77%, probablemente debido a la mayor concienciación de la población hacia los tumores malignos de piel y al envejecimiento de la población.

Por suerte, la gran mayoría de tumores malignos de piel son lo que llamamos Cáncer Cutáneo No Melanoma (CCNM) , tumores fáciles de tratar y que asocian muy poca mortalidad. Los CCNM más frecuentes con diferencia, son el Carcinoma Basocelular, en primer lugar, y el Carcinoma Escamós de piel. Ambas lesiones suelen aparecer a partir de los 50 años, siendo raro diagnosticarlos por debajo de los 40 años. Son más frecuentes en población con piel clara y están claramente relacionados con la exposición solar crónica. ¿Y qué significa exposición solar crónica?

Hay que recordar que vivimos en un país en el que el sol forma parte de nuestro día a día, la mayor parte del año. Cuando salimos a pasear, comprar o vamos al parque, a jugar un partido oa una terraza a pasar un rato, estamos exponiéndonos al sol. Es esta exposición la que más riesgo comporta presentar este tipo de cáncer conjuntamente con el envejecimiento de la piel.


Es durante la infancia y adolescencia cuando recibimos mayor cantidad de radiaciones solares, momento en el que tenemos menos conciencia del peligro que conlleva la foto exposición y habitualmente pasamos más horas bajo el sol, consecuencia de nuestras actividades diarias. De ahí que los adultos debamos tener especial cuidado en este colectivo.


Por otra parte, sólo un 5% del total de cáncer de piel maligno es melanoma, un cáncer que en este caso, no diagnosticado a tiempo, tiene peor pronóstico y comporta una mayor mortalidad. Es el cáncer que aparece después de las quemaduras solares, siendo la espalda y las piernas los sitios donde clásicamente encontramos un mayor número de casos.


La mejora en las técnicas diagnósticas y tratamientos, la introducción de estrategias como la tele dermatología y la mayor concienciación de la población y personal sanitario han hecho que cada vez el diagnóstico sea en fases más precoces de la enfermedad con mejor pronóstico y con curaciones completas más habituales.


Desde el servicio de dermatología del Consorcio Sanitario de Terrassa, trabajamos conjuntamente con el equipo de medicina de familia y el resto de servicios, para diagnosticar y tratar lo antes posible los diferentes tipos de cáncer. Cada día revisamos y tratamos la piel de decenas de pacientes que acuden a nuestras consultas, buscando y encontrando lesiones precancerígenas y pecas que podemos tratar antes de que aparezcan los cánceres de piel y damos recomendaciones preventivas individualizadas para cada paciente.


Herramientas como la realización de fotografías de lesiones desde las consultas de los médicos de familia, permiten valorar un mayor número de lesiones y de pacientes en menor tiempo permitiendo detectar antes y priorizar en nuestras consultas a aquellos pacientes con mayor riesgo de cáncer cutáneo respecto a lesiones benignos.


Además, desde el hospital contamos con comités oncológicos mensuales formados por equipos multidisciplinares con integrantes de cirugía plástica, oncología, anatomía patológica, radioterapia y dermatología que permiten valorar y estudiar cada uno de los casos para establecer el mejor tratamiento individual.


Pero nada de todo esto es suficiente, si no tomamos conciencia individual sobre el potencial maligno del sol sobre la piel. Dado que la mayor foto exposición la recibimos en los primeros años de vida, debemos procurar mucho para los más pequeños, aplicando fotoprotectores diarios a partir de los 6 – 12 meses de vida en las zonas expuestas y evitando las horas de mayor daño solar, que se establecen entre las 11 de la mañana y las 16:00 de la tarde. Siempre es mejor el uso de cremas, lociones o leches corporales que brumas o sprays. Utilizaremos factores por encima de 30, siendo preferible el factor 50+ en pieles claras. Recordamos que las gorras, gafas solares y la ropa oscura o con filtro UV son también opciones que actúan como filtros solares.


Por último, no queremos terminar sin recordar que el sol también tiene efectos beneficiosos de los que debemos aprovecharnos como es la síntesis de vitamina D, para el correcto desarrollo óseo y cutáneo. También es un antidepresivo natural que sube el ánimo y ayuda a algunas enfermedades de la piel. Disfrutamos de él, pero de forma responsable y consciente.