Día Mundial de la Actividad Física

Hoy es el Día Mundial de la Actividad Física (DMAF) , que pretende promover la actividad física y reducir el sedentarismo como elementos fundamentales de salud y bienestar, siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El lema de este año es “Muévete, y vive feliz”.

La actividad física acumulada a lo largo del día e integrada en la rutina diaria es una herramienta de promoción de la salud y prevención y control de enfermedades. Caminar, montar en bicicleta, realizar actividades cotidianas de una forma activa, practicar algún deporte, hacer gimnasia o simplemente jugar conviene porque previene enfermedades, mejora la calidad física y el funcionamiento del organismo, aumenta la esperanza y la calidad de vida , ayuda a dormir mejor, favorece las relaciones sociales y fomenta valores positivos, mejora la salud mental, así como la memoria y la capacidad de aprendizaje y el rendimiento escolar.

Puede encontrar más información en la web de Salud Pública Gencat .

Sin embargo, hoy queremos centrarnos en los beneficios del ejercicio de fuerza en la salud de las mujeres .

Aunque durante años se ha hablado mucho de los beneficios de la actividad cardiovascular, cada vez se tiene más en cuenta el impacto beneficioso del ejercicio de fuerza en la salud femenina. Incluir una rutina de fuerza en la práctica diaria es una medida fácil y no requiere gran inversión en material.

La rutina de fuerza es positiva porque:

  • Impacta en la pérdida de grasa periférica y visceral
  • Aumenta la masa muscular, imprescindible para evitar la pérdida mineral ósea, pero también como medida preventiva de la resistencia a la insulina y el riesgo de diabetes
  • Con una técnica correcta se evitan futuras lesiones y dolores musculares. Es una de las medidas más efectivas para el tratamiento de dolores crónicos, como en el contexto de una fibromialgia.
  • Mejora el estrés oxidativo y la capacidad antioxidante, que retrasa el envejecimiento celular
  • Mejora la salud de las mitocondrias y del metabolismo en general
  • Mejora el entorno hormonal y permite una mejor gestión de los desequilibrios de los estrógenos con el impacto que esto supone en la calidad de vida de la mujer (mejora el dolor menstrual, el sangrado menstrual abundante, el síndrome premenstrual…)
  • Mejora la inflamación crónica y disminuye el riesgo de trastornos de salud secundarios a esta inflamación

Antes de tirarte a hacer ejercicios de fuerza recuerda:

  • Seguir una vida activa en el día a día que incluya caminatas, flexibilidad y movilidad
  • Incluir entrenamiento de fuerza de forma progresiva, con sesiones de entre 10 y 30 minutos para ir aumentando la carga paulatinamente
  • Incluir pequeñas dosis de intensidad tipo sprints en tu entrenamiento funcional y en una zona cómoda para ti. Los contrastes de intensidad le encantan en nuestro cuerpo

Sabemos que el ejercicio de fuerza es beneficioso en todas las etapas vitales de la mujer. ¿Tú ya practicas?. Si tienes dudas, consulta a tu equipo asistencial.

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