Entrevista al Dr. Benjamín Piñeiro en el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión

La depresión es la enfermedad mental más prevalente en España

Hoy, 13 de enero, es el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, un trastorno emocional que afecta a unos 300 millones de personas en el mundo, siendo considerada como la primera causa mundial de discapacidad.

Con la proclamación de este día se pretende sensibilizar, orientar y prevenir a la población a nivel mundial sobre esta enfermedad, cuyas cifras aumentan de forma desproporcionada en el mundo.

La depresión es una enfermedad muy frecuente que provoca una alta discapacidad y un fuerte impacto social. Quien la sufre es todavía víctima de una fuerte estigmatización, lo que hace que, incluso en los países desarrollados, más de la mitad de las personas que la tienen no están diagnosticadas ni tratadas.

Para profundizar en esta enfermedad, hemos hablado con el doctor Benjamín Piñeiro, del grupo de trabajo sobre depresión resistente de la Sociedad Catalana de Psiquiatría y psiquiatra adjunto del Consorcio Sanitario de Terrassa.

  • La depresión es mucho más que un bajo estado de moral. ¿Cómo definir la depresión? ¿Qué síntomas tiene?

La depresión es una enfermedad catalogada según el ‘Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales’ (DSM V) como un estado del ánimo depresivo en la mayor parte del día, con disminución considerable del placer o interés por las actividades que antes disfrutaba. Se suele acompañar de otros síntomas como pérdida de peso, insomnio o hipersomnia, agitación o ralentización de las acciones, pérdida de la energía, sentimientos de inutilidad, disminución de la capacidad de pensar o concentrarse e, incluso, pensamientos de muerte o ideas suicidas.

Es una enfermedad muy prevalente y provoca una importante repercusión en el paciente, tanto a nivel familiar como social o laboral. En 2008 la OMS clasificó la depresión mayor como la tercera causa de carga de morbilidad en todo el mundo y proyectó que la enfermedad ocupará el primer puesto en 2030.

  • ¿Cuáles son las causas más habituales para sufrir depresión?

Existen una serie de factores que influyen en la aparición de la depresión, además del pronóstico y que son conocidos actualmente:

. Factores genéticos. La depresión es más frecuente en familiares con trastornos depresivos, especialmente en las depresiones de inicio y en depresiones recurrentes.

. Factores ambientales, como experiencias traumáticas (sobre todo en la infancia) o niveles altos de estrés.

. Otro factor que influye en el pronóstico es la presencia de otra patología psiquiátrica, presencia de consumo de tóxicos y/o alcohol o presencia de una patología médica crónica, como la diabetes o enfermedades cardiovasculares.

Determinadas características de personalidad provocan una mayor vulnerabilidad ante acontecimientos vitales estresantes, facilitando la aparición y el mantenimiento de la depresión.

  • ¿Cuáles son los colectivos más afectados por esa patología? ¿Por qué hay prevalencia de mujeres? (según la Encuesta Nacional de Salud de España es casi tres veces más frecuente en mujeres, un 58,5%)

La depresión tiene una prevalencia global de aproximadamente entre un 5 y 7% de la población. Es más frecuente en mujeres, entre 1.5 y 3 veces respecto a los hombres, con mayor frecuencia en el posparto y alrededor de la menopausia. También es más frecuente en el inicio de la edad adulta (entre los 18 y los 30 años) que en pacientes de más de 60 años.

  • ¿La pandemia o el contexto social actual ha acentuado los cuadros depresivos? Según la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), desde el inicio de la pandemia en España se han prescrito más del doble de psicofármacos que antes, sobre todo ansiolíticos, antidepresivos e inductores del sueño.

Se estima que la pandemia en términos globales, y según los estudios, ha provocado unos 53 millones de casos adicionales a nivel mundial de mayor trastorno depresivo. En los lugares con mayor prevalencia del virus, y en los lugares donde se redujo más la movilidad, este incremento ha sido más acentuado.

Se estima que las mujeres se vieron más afectadas por la pandemia y también a los grupos más jóvenes.

  • ¿Existen depresiones de distintos tipos?

Sí, hay diferentes tipos y diferentes formas de clasificarlas. En función de la gravedad (leve, moderada y grave), en función de los síntomas (con o sin síntomas psicóticos, depresión atípica, depresión melancólica..) o en función de la duración (depresión recurrente, depresión crónica). Cada tipo tiene sus propias características y responde de forma diferente a los tratamientos.

  • ¿La depresión se puede confundir con otras patologías?

Sí. La depresión se puede confundir con otras patologías, tanto médicas como psiquiátricas, y es necesario realizar un diagnóstico diferencial.

Enfermedades como el hipotiroidismo, la anemia, las patologías sistémicas pueden confundirse con una depresión y deben ser descartadas de forma sistemática.

Patologías psiquiátricas como el trastorno bipolar, trastornos del estado de ánimo secundarios, TDAH… también pueden confundirse.

El consumo de tóxicos también puede producir síntomas similares a la depresión.

  • ¿Cómo saber que alguien tiene depresión? ¿Cuáles son los síntomas más habituales? ¿Cómo podemos ayudar a las personas con depresión?

Los síntomas más frecuentes son la tristeza (en las patologías depresivas deben tener una duración de al menos dos semanas y persistir durante la mayor parte del día, otros de causar malestar e interferencia clínicamente significativa), la fatiga, el insomnio (sobre todo despertar precoz ), la pérdida de apetito y peso, la anhedonia (pérdida de capacidad de sentir placer) y, en casos graves, ideas de muerte/suicidio.

Lo más importante es realizar un diagnóstico lo más rápido posible, para poder realizar un tratamiento adecuado.

  • ¿La depresión cuida o una persona que tenga tendencia depresiva lo tendrá más complicado?

Existen, en función del tipo de depresión, características del paciente y gravedad de la patología, distintos tratamientos.

Por lo general, para los casos moderados y graves se recomienda la realización de tratamientos combinados, que incluyan psicoterapia (como la activación conductual, la terapia cognitiva conductual y la psicoterapia interpersonal) y tratamiento farmacológico (inhibidores selectivos de la recaudación de serotonina o los antidepresivos tricíclicos ).

En el caso de depresiones graves y resistentes, existen tratamientos más específicos (como la terapia electroconvulsiva, el uso de combinaciones de fármacos o fármacos de última generación).

Para la mayoría de los pacientes, el curso de la enfermedad es episódico y se sienten bien entre los episodios depresivos agudos. Sin embargo, la enfermedad es difícil de predecir y, por tanto, la duración de los episodios, el número de episodios a lo largo de la vida y el patrón en el que ocurren son variables. Con tratamiento, los episodios duran alrededor de 3 a 6 meses y la mayoría de pacientes se recuperan en 12 meses.

La probabilidad de recurrencia es alta, aumentando el riesgo con cada episodio. Un correcto tratamiento disminuye de forma clara la posibilidad de recaídas. Por lo general, cuanto más tiempo pase desde un episodio depresivo sin volver a presentar síntomas, más difícil es experimentar una recaída. Por eso es tan importante mantener el tratamiento una vez conseguida la mejora.

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