El objetivo de esta celebración, promovida por la Unión Internacional Contra el Cáncer (UICC) con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es sensibilizar a la población mundial sobre el cáncer, con especial incidencia en el ámbito de la prevención.
Este año, con el lema «Por unos cuidados más justos», la campaña pretende concienciar de la falta de equidad en el acceso a la atención oncológica en todo el mundo. Aunque en los últimos años se han producido muchos avances en los ámbitos de la prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer, muchas de las personas afectadas tienen dificultades para recibir una atención adecuada, en función de factores como el lugar de residencia y la renta.
Es necesario, por tanto, luchar contra estas desigualdades y conseguir que todas las personas puedan hacer frente a la enfermedad en las mismas condiciones.
. Cada año mueren unos 10 millones de personas a causa del cáncer. Es la segunda causa de muerte en el mundo. ¿Cuáles son las causas de tanta incidencia?
Las causas son diversas. En primer lugar, el cáncer es una enfermedad más prevalente en las personas mayores, y cada vez hay más mayores en nuestra sociedad. Justamente el 2 de febrero se celebra en nuestro centro una Jornada para debatir cómo debe desarrollarse la Oncogeriatría en nuestra práctica diaria.
Por otro lado están los programas de cribado, que hacen que se detecten más tumores en fases iniciales. Esto aumenta la probabilidad de supervivencia pero, obviamente, también aumenta el volumen de las consultas. No sabemos si algunos de estos casos detectados en fase precoz nunca habrían llegado a dar síntomas antes de la muerte de la persona por otras causas. Éste es uno de los handicaps de los programas de cribado.
En tercer lugar, los avances en el tratamiento del cáncer están haciendo que las personas afectadas vivan más tiempo, más años. Esto hace que exista un aumento en la prevalencia de la enfermedad.
Y, por último, no cabe duda de que la forma de vida actual, el sedentarismo, determinados entornos laborales, el tabaquismo y los malos hábitos alimenticios tienen una responsabilidad clara en el aumento de la incidencia de cáncer que estamos observando.
. ¿Qué cánceres son los más frecuentes en España? ¿Existen diferencias entre hombres y mujeres?
Hay diferencias, sí. En los hombres, los cánceres más frecuentes son el de próstata, el de pulmón y el de colon. Y en las mujeres lo más frecuente es el cáncer de mama, seguido del cáncer de colon y el cáncer de pulmón.
Pero hay que tener en cuenta que más incidencia no significa mayor mortalidad. Por ejemplo, en los hombres el cáncer de próstata es el más frecuente, pero la mayor mortalidad aún viene del cáncer de pulmón. En cambio, en las mujeres, la mayor mortalidad viene por el cáncer de mama, aunque estamos viendo que la mortalidad por cáncer de pulmón va aumentando peligrosamente y se le acerca. En Estados Unidos ya mueren más mujeres por cáncer de pulmón que por cáncer de mama.
. ¿Podemos dar algunos consejos para minimizar la probabilidad de sufrir un cáncer? Según hemos leído un tercio de los cánceres comunes puede evitarse.
Sí, podrían evitarse mejorando los estilos de vida, evitando el tabaquismo, haciendo más ejercicio y cuidando la alimentación: evitar los precocinados, incrementar la ingesta de fibra vegetal, etc.
Por los cánceres más frecuentes seguir los programas de cribado indicados por la atención primaria (de cáncer de mama y de cáncer de colon) y eliminar el tabaco de nuestra sociedad serían unos factores con un gran impacto al disminuir la mortalidad por cáncer.
Y no olvidemos el impacto que han demostrado algunos programas de vacunación, como la vacuna contra el virus del papiloma en la prevención del cáncer de cérvix uterino, del cáncer de cavidad oral y del cáncer de canal anal.
. ¿Existen síntomas que puedan avisarnos de un posible cáncer? Hablamos de bultos extraños, hemorragias, pérdida de peso…
Tradicionalmente se ha dicho que cualquier síntoma extraño que persista en el tiempo, uno o dos meses, debería ser motivo de consulta para descartar una causa orgánica. Creo que ese consejo es correcto. Evidentemente, si además existe un deterioro del estado general o una pérdida de peso llamativa, las probabilidades de tener un diagnóstico de enfermedad neoplásica aumentan.
Pero es necesario utilizar el sentido común. No hace falta caer en la hipocondría ni en el pasotismo. Cuando a alguien le duele la espalda, lo más frecuente sigue siendo que tenga artrosis. Cuando alguien pierde peso de forma injustificada, puede ser por diabetes o hipertiroidismo u otras enfermedades no oncológicas. ¡Pero también hay que diagnosticarlas!
Lo preocupante es que hay personas que se pasan meses encontrándose mal, pensando que tienen algo grave, pero no consultan por miedo a lo que se puedan encontrar.
Creo que es muy importante la educación sanitaria ya en las escuelas. Hay que enseñar buenos hábitos de vida a nuestros niños y adolescentes, informar de forma realista sobre las consecuencias del tabaquismo y otras adicciones, y enseñarles cómo y cuándo hay que consultar a los profesionales sanitarios.
. Este año el lema de la campaña es ‘Por unos cuidados más justos’, que pretende concienciar de la falta de equidad en el acceso a la atención oncológica en todo el mundo. Aunque en los últimos años se han producido muchos avances en los ámbitos de la prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer, muchas de las personas afectadas tienen dificultades para recibir una atención adecuada. ¿Cómo podría revertirse esta situación?
Ésta es una pregunta muy compleja. Si hablamos a nivel global, partimos ya de unas diferencias socioeconómicas brutales entre los países llamados «desarrollados» y el tercer mundo. Esto se traduce, obviamente, en grandes diferencias en el acceso a la sanidad. Pero creo que tu pregunta se refiere más a las diferencias que existen en nuestro entorno. Y es cierto que existen. No me refiero a las diferencias en el tratamiento que reciben las personas que pueden acceder a la sanidad privada y las que se tratan en la sanidad pública. Es cierto que los tiempos de espera pueden ser algo más largos en la sanidad pública, pero me atrevo a decir que el acceso a los fármacos y el manejo global de las enfermedades oncológicas han sido las últimas décadas mejores en la sanidad pública que en la privada. Y todavía nos mantenemos en esta situación, a pesar del deterioro que está sufriendo la sanidad pública y de la carencia de recursos que sufrimos de forma crónica. Sin embargo, creo que sigue existiendo una conciencia de prioridad para las enfermedades oncológicas, que hace que los tiempos se mantengan dentro de límites razonables.
En mi opinión lo más preocupante en nuestro entorno es el retraso para poder administrar los tratamientos más nuevos y eficaces a nuestros pacientes. Podemos llegar a tener un retraso de uno o dos años respecto al resto de Europa. Habría una política sanitaria mucho más resolutiva en este sentido. Además, existe una gran disparidad en cuanto al acceso a fármacos entre diferentes comunidades autónomas. Sin duda, aquí sí que hay grandes agravios comparativos, y creo que es muy importante que la sociedad esté informada de que esto está ocurriendo.
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