
La alergia alimentaria es una respuesta inmunológica adversa, específica y reproducible, que se produce después de la ingesta, el contacto o la inhalación de un alimento o de uno de sus componentes, habitualmente proteínas, que activan de forma inapropiada el sistema inmunitario. Esta reacción puede manifestarse con síntomas que afectan a varios órganos y sistemas —como la piel, el tracto gastrointestinal, el sistema respiratorio o el cardiovascular— y, en los casos más severos, puede desencadenar una anafilaxis, una reacción potencialmente grave que requiere atención médica urgente.
Las alergias alimentarias afectan a entre el 2% y el 4% de la población, tanto en niños como en adultos. Más allá del impacto clínico, esta patología repercute también en el ámbito nutricional, psicosocial y económico, lo que subraya su carácter prioritario en el ámbito de la salud pública.
El diagnóstico de esta enfermedad se basa en la historia clínica detallada, pruebas cutáneas, determinación de IgE sérica específica, diagnóstico molecular y, en muchos casos, pruebas de exposición oral que exigen una gran especialización. El tratamiento se basa principalmente en la identificación precisa del alimento responsable y en la estricta evitación de su ingesta para prevenir reacciones adversas. Esta estrategia se acompaña de una educación del paciente y su familia sobre la lectura de etiquetas, la prevención de contaminaciones cruzadas y la disponibilidad de medicación de emergencia. En casos seleccionados y bajo supervisión especializada, puede indicarse inmunoterapia oral con el objetivo de inducir tolerancia o aumentar el umbral de reacción, mejorando así la calidad de vida y reduciendo el riesgo de episodios graves accidentales. El abordaje adecuado implica, por tanto, disponer de un equipo altamente cualificado y de una infraestructura preparada para garantizar seguridad y precisión.
Esta acreditación certifica que el diagnóstico y el tratamiento de la alergia alimentaria se realiza siguiendo los estándares de calidad establecidos, con el objetivo de mejorar la atención a los pacientes mediante la unificación de criterios de buena práctica clínica. Además, esta distinción impulsa la mejora continua de la estructura del servicio, favoreciendo una medicina más personalizada y facilitando la asistencia sanitaria a los pacientes con alergia alimentaria.
La acreditación otorgada por la SEAIC no sólo reconoce el alto nivel asistencial del servicio, sino que consolida su posición como centro de referencia en este ámbito en la población adulta del área del Vallès Occidental como centro territorial y pediátrica del área asistencial del Consorci Sanitari de Terrassa. La Unidad está dirigida por las doctoras Pilar Saura y Marta Viñas, profesionales con amplia trayectoria, que lideran un equipo comprometido con la calidad asistencial y la mejora continua.
El proceso de acreditación ha contado con el apoyo del Departamento de Calidad del CST, quien ha trabajado estrechamente con los equipos médicos y de enfermería para garantizar el cumplimiento de los estándares exigidos.
Con este reconocimiento el Consorcio refuerza su compromiso con la excelencia asistencial y la innovación, y sigue avanzando en la investigación y desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas que permitan mejorar la calidad de vida de las personas con alergia alimentaria.
 
                                                             
                                                             
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